Al pasar de los años, los seres humanos han ido probando diversas maneras de comunicarse con los entes celestiales. Ya sea para agradecerles, iluminarlos o solicitarle algún favor que se piensa es imprescindible, para seguir viviendo y que por sí solos no han podido cumplir.
Esta necesidad de ayuda extra, ha llevado a las personas al punto de hacer rituales, donde se veneran imágenes, se hacen cánticos, se encienden velas de diferentes colores, y una que otra oración, con la fe ciega de que lo que estamos pidiendo se nos dará.
En la religión católica, hay entidades (por así llamarlo), que no son del todo de esa religión, ya que se le pueden atribuir características y dones que rayan en lo esotérico. En el presente artículo hablaremos un poco de uno de ellos, te daremos algunas oraciones a San Luis Beltrán.
¿Quién fue?
El primer día del año 1526 nace en Valencia ciudad de España, Luis Beltrán, su familia fue muy humilde que siempre le enseñaron a hacer el bien y ser servicial con las personas de su comunidad, gracias a ello y a su enorme vocación de servicio busca entrar a una orden religiosa.
A los 18 años ingresa al convento de los Padres Dominicos, donde con el tiempo se convierte en Fraile.Además de sus funciones y responsabilidades propias de su vocación, se le atribuyen algunos milagros y prácticas que eran poco comunes y que comienzan a darle la fama de “mago”.
San Luis Beltrán, fue un misionero que tenía el prodigioso don de transmitir sus enseñanzas a todo aquel que lo pudiera escuchar a pesar de que no hablara su idioma. Este Fraile solo hablaba español, pero sus predicaciones las entendían todos los indígenas de las diferentes tribus que poseían su propio dialecto.

San Luis Beltrán era muy devoto de la Virgen María y del Cristo Crucificado, a los que les dedicaba todas sus oraciones y las peticiones por el salvamiento de las almas de los pecadores.
La mayor parte de su vida religiosa transcurre en Colombia donde el maltrato que le daban los encomenderos a los indígenas, la falta de caridad, y la crueldad en su trato lo hizo muchas veces enfrentarse a ellos, en la defensa de los inocentes y pedir su traslado a Europa.
Devoción o magia
San Luis Beltrán, fue un religioso muy devoto, creyente y practicante de la fe cristiana, pero que a su vez tenía el don de hacer que sucedieran cosas que eran imposibles que sucedieran. Realizaba algunos rituales, que tenían visos de magia y de milagros.
Por su infinita bondad, buen proceder y las habilidades que poseía, en varias ocasiones fue blanco de atentados contra su vida. Los encomenderos le dieron a tomar una potente poción a los que San Luis vomito una serpiente y quedo limpio del veneno.
Estas mismas personas con su fusil le dispararon y este se les convirtió en las manos en un gran crucifijo. Se decía que la protección divina siempre lo acompañaría.
En cuanto a lo que se sabe de sus prácticas de magia o de taumatología, se tiene registro en algunas pinturas y escritos que en una ocasión hubo una sequía terrible en el lugar donde él vivía y San Luis se puso a rezar y los arboles comenzaron a dar frutos.
También acusó a un encomendero de estar maltratando al punto de matar a algunos indígenas por exceso de trabajo y de golpes, que cuando tomo en sus manos unas arepas que este le había dado para la comida, estas comenzaron a destilar sangre.
Entre otros milagros se dice que con solo rezar con su rosario lograba curar enfermos, controlaba a los animales más feroces y pudo tener el control total de algunos incendios, hasta poder apagarlos con solo su rosario y sus oraciones.
Por eso muchas personas en la actualidad le rezan oraciones a San Alejo.
Algunas oraciones a San Luis Beltrán
Muchas personas que practican la religión católica elevan una oración a San Luis Beltrán, para curar el mal de ojo, trabajos de brujería por envidia, celos, malas intenciones entre otros tantos daños que una persona puede desear a otra.
Contra el mal de ojo
Generalmente los niños, son más ´propensos a ser objeto de mal de ojo. Ya sea por su belleza, contextura o carácter, son blanco fácil de la mala energía y envidia de algunas personas. Aquí te damos la siguiente oración, contra el mal de ojo, junto a la manera correcta de rezarla para que surta efecto:

“Criatura de Dios, yo te conjuro y bendigo en el nombre de la santísima Trinidad Padre, + Hijo + y Espíritu Santo + tres personas y una esencia verdadera y de la Virgen María Nuestra Señora Concebida sin mancha del pecado original. Virgen antes del parto + en el parto + y después del parto + y por la gloriosa Santa Gertrudis tu querida y regalada esposa, once mil Vírgenes, señor San José, San Roque y San Sebastián y por todos los Santos y Santas de tu Corte Celestial.
Por tu gloriosísima encarnación + gloriosísimo Nacimiento + Santísima Pasión + gloriosísima Resurrección + Ascensión: por tan altos y Santísimos misterios que creo y con verdad, suplico a tu divina Majestad, poniendo por intercesora a tu Santísima Madre abogada nuestra, libres, sanes a esta afligida criatura de esta enfermedad, mal de ojo, dolor, accidente y calentura y otro cualquier daño, herida o enfermedad.
Amen Jesús.
No mirando la indigna persona que prefiere tan sacrosantos misterios con tan buena fe te suplico Señor, para más honra tuya y devoción de los presentes, te sirvas por tu piedad y misericordia de sanar y librar de esta herida, llaga, dolor, tumor, enfermedad, quitándole de esta parte y lugar. Y no permita tu divina majestad, le sobrevenga accidente, corrupción, ni daño, dándole salud para que con ello te sirva y cumpla tu santísima voluntad.
Amen Jesús +
Yo te curo y ensalmo, Jesucristo Nuestro Señor Redentor te sane, bendiga y haga todo su divina voluntad”. Amen Jesús.
Para que al rezar esta oración a San Luis Beltrán surta efecto de manera rápida y efectiva debes tener en tu mano una ramita de ruda o de palma bendita y dentro de la lectura de la plegaria donde este el signo + debes hacer una cruz sobre la zona que deseas ensalmar. Por supuesto debes leerla con mucha fe.
Las oraciones a San Luis Beltrán tienen el mismo efecto que elevar una oración a la Sangre de Cristo, ambas dan protección contra el mal.
