Oraciones de Fe

En la sociedad actual, hay una gran cantidad  de religiones, credos o prácticas religiosas. Cada una goza de santos, vírgenes, imágenes u otro vínculo con sus creyentes, que los hacen iconos de las mismas. Podemos tomar como ejemplo, estas dos religiones:

En la religión católica muchos son los santos o vírgenes que se encargan de darnos su cobijo y acompañamiento. Pero si realmente necesitas sentir esa presencia celestial, eleva una oración a la Virgen de Fátima, que seguro ella te escuchará y sentirás su presencia cerca de ti.

Las personas que practican la religión Yoruba elevan una oración a Santa Bárbara su patrona principal, para encomendarle y pedirle que les acompañe en todas sus actividades diarias para sentirse y mantener ese vinculo de fe con ella.

Como se lee, no importa la religión que practiques ni el santo o virgen que sea su más grande representante. Lo principal y determinante es como eleves o reces tus oraciones de fe.

Como en los dos ejemplos anteriores cada religión goza de sus representantes significativos y más resaltantes, cada santo dentro de la misma cumple una función diferente, para brindarte protección, cobijo y todo lo que necesites.

¿Qué es?

Las oraciones de fe no son más que comunicaciones que se establecen con una entidad celestial para recordarles cuáles son sus más altos preceptos y bases de su religión, lo que nos da la seguridad de su cobijo y protección, por lo que nos sentimos seguros al rezar cualquiera de sus plegarias.

En las oraciones de fe, encontramos la fuerza necesaria para salir airosos de la situación que nos agobia, ya que por medio de ellas recordamos e internalizamos aun más la palabra de nuestro protector y cuidador celestial.

Para las personas que practican la religión católica, el orar es conversar con Dios, es sentir que se está entablando una comunicación directa con él y con toda su sabiduría y de esta manera se tiene la certeza que se gozará de toda su protección y bendición.

Lo más relevante de todo esto es que al orar o rezar a Dios lo hagas con la más sincera, honesta y convicción de fe. En este artículo te daremos algunas oraciones de fe, que puedes utilizar en tu comunicación con el protector de todos los católicos.

Cuando un católico se siente desvalido, desprotegido o tienen algo que lo agobia, lo primero que hace ante ello, es elevar su mirada al cielo y hablar con Dios. En ese momento por lo general la persona recuerda versículos de la biblia o a su manera y sus propias palabras recitan alguna frase que en ella esta.

Esto es la base fundamental de las oraciones de fe. Para Dios vale más unas palabras que salgan de tu corazón llenas de amor, honestidad y fe, que mil oraciones preestablecidas y que sean repetidas de manera automática.

oraciones de Fe

¿Por qué debemos rezar?

Algunas personas piensan y están convencidas de ello, que con repetir una oración o plegaria, de manera automática y memorísticamente ya han rezado y que gracias a eso ya Dios debe concederle lo que ellos están pidiendo. Ven a Dios como un proveedor, no como un ente celestial.

Estas personas están muy equivocadas, ya que para Dios lo más importante es que se crea en su palabra y en lo que él es en esencia. Que al buscar comunicarte con él lo hagas desde el corazón y con fe en que serás escuchado.

Así es como debes buscar en esa oración de fe la seguridad de que él te dará solo lo que en realidad necesites y no lo que deseas (que son cosas muy distintas), así Dios te concederá tus más íntimos deseos y pedidos.

En ocasiones pedimos lo que queremos, pero no estamos preparados o no nos conviene en ese momento, y en el tiempo oportuno se nos concederá. Por eso hay una frase muy popular y cierta: “el tiempo de Dios es perfecto”.

Así son los designios de Dios, ya que el siempre querrá vernos a salvo y provistos de lo necesario para ser feliz. Dios no concede opulencia ni vanidad.

tener fe en dios

Algunos de los rezos más conocidos

En la conversación que se puede establecer con Dios se debe abrir el corazón y demostrar la fe que se tiene en que lo que se está solicitando ya está concedido de antemano. Eso sí, Dios solo nos concederá lo que en realidad necesitemos para nuestro bien, lo cual no siempre es lo que nosotros queremos.

A continuación te daremos algunos ejemplos de oraciones de fe, que puedes rezar en el momento que tú lo consideres necesario y que necesites elevar una oración de protección:

“Señor Jesucristo, te necesito.

Te abro la puerta de mi vida y

 te recibo como mi Señor y Salvador.

Gracias por perdonar mis pecados.

Toma el control del trono de mi vida.

Hazme la clase de persona que quieres que sea.

Amén.”

 “Dios nuestro Señor, 

rogamos por tu Espíritu

para que nos dé a entender quiénes somos

 y cuáles son las tareas que tú nos encargas.

 Gracias por toda la luz que tú nos das.

Que nosotros y muchos otros

comprendan más de la verdad,

y que estemos tranquilos acerca

de todo lo que está bajo tu dominio,

Padre nuestro en los cielos.

Concédenos estar bajo tu protección ahora y siempre.

Que experimentemos tu bondad y

 la bendición que viene con ella.

Porque en tu bondad podemos aguantar

hasta en los días más difíciles y

 tener la victoria en esta batalla que es la vida. Amén.”

 “¡Señor, yo creo, yo quiero creer en Ti!

Señor, haz que mi fe sea pura, sin reservas, y que penetre en mi pensamiento, en mi modo de juzgar las cosas divinas y las cosas humanas.

Señor, haz que mi fe sea libre, es decir, que cuente con la aportación personal de mi opción, que acepte las renuncias y los riesgos que comporta y que exprese el culmen decisivo de mi personalidad: creo en Ti, Señor.

Señor, haz que mi fe sea cierta: cierta por una congruencia exterior de pruebas y por un testimonio interior del Espíritu Santo, cierta por su luz confortadora, por su conclusión pacificadora, por su con naturalidad sosegate.

Señor, haz que mi fe sea fuerte, que no tema las contrariedades de los múltiples problemas que llena nuestra vida crepuscular, que no tema las adversidades de quien la discute, la impugna, la rechaza, la niega, sino que se robustezca en la prueba íntima de tu Verdad, se entrene en el roce de la crítica, se corrobore en la afirmación continua superando las dificultades dialécticas y espirituales entre las cuales se desenvuelve nuestra existencia temporal.

Señor, haz que mi fe sea gozosa y dé paz y alegría a mi espíritu, y lo capacite para la oración con Dios y para la conversación con los hombres, de manera que irradie en el coloquio sagrado y profano la bienaventuranza original de su afortunada posesión.

Señor, haz que mi fe sea activa y dé a la caridad las razones de su expansión moral de modo que sea verdadera amistad contigo y sea tuya en las obras, en los sufrimientos, en la espera de la revelación final, que sea una continua búsqueda, un testimonio continuo, una continua esperanza.

Señor, haz que mi fe sea humilde y no presuma de fundarse sobre la experiencia de mi pensamiento y de mi sentimiento, sino que se rinda al testimonio del Espíritu Santo, y no tenga otra garantía mejor que la docilidad a la autoridad del Magisterio de la Santa Iglesia. Amén.”

“Señor Jesucristo, en este momento te acepto como mi único y Verdadero Salvador. Me arrepiento de todos mis pecados, lávame con Tu Sangre y perdóname. Escribe mi nombre en el libro de La Vida, y lléname de tu Espíritu Santo. Hazme nueva criatura y ayúdame a perseverar en lo establecido por tu Palabra y en el fruto de un testimonio verdadero. Amén.”

Como último punto, y a manera de consejo, te podemos decir que de verdad no es tan relevante si oras o rezas.

Es decir, si repites una oración aprendida o si hablas con Dios con tus propias palabras, lo realmente importante es que abras tu corazón, lo llenes real y verdaderamente de fe y desde allí te comuniques con Dios, solo así serás realmente escuchado.

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